La inflación en Chile supera las expectativas y complica la política monetaria del Banco Central

En octubre, el índice de precios al consumidor en Chile aumentó un 1%, alcanzando una inflación anual del 4,7%. Este aumento se atribuye a incrementos significativos en los costos de energía y servicios, lo que podría influir en las decisiones del Banco Central respecto a futuras reducciones en las tasas de interés.

El índice de precios al consumidor en Chile presentó un incremento que superó las previsiones del mercado, con una variación mensual del 1% durante octubre, frente a una estimación media del 0,6% en la encuesta de Bloomberg. Este resultado, impulsado en gran medida por las alzas en los costos de energía, vivienda y servicios públicos, representa el mayor aumento en más de un año, según el Instituto Nacional de Estadística de Chile.

Dentro de los rubros específicos, los costos de energía registraron un aumento mensual del 3,7%, mientras que la vivienda y los servicios públicos aumentaron un 3,1%, y los alimentos y bebidas no alcohólicas un 2,2%. Estos ajustes responden en parte a la implementación de un incremento escalonado en las tarifas eléctricas, que en octubre aumentaron un 23%, tras un período de congelamiento desde 2019. Las tarifas eléctricas ya habían experimentado un alza previa del 12% en julio de este año.

Ante el contexto de inflación y con un panorama económico global incierto, el Banco Central enfrenta el desafío de evaluar el impacto de estos datos en su política monetaria. Hasta ahora, el Banco ha sostenido una política de recortes graduales de tasas, acumulando una reducción de 6 puntos porcentuales desde mediados de 2023. Sin embargo, los datos recientes han generado incertidumbre sobre la viabilidad de continuar en esta dirección. Una encuesta reciente indicaba expectativas de una reducción adicional de un cuarto de punto en diciembre, aunque este último reporte inflacionario podría llevar a ajustes en esas proyecciones.

Paralelamente, la economía chilena experimentó en septiembre su mayor caída mensual desde 2022, lo que llevó al Gobierno a reconsiderar sus previsiones de crecimiento para el año. Este debilitamiento de la actividad económica intensifica las expectativas de futuros recortes de tasas para estimular el crecimiento, aunque el desafío de contener la inflación añade complejidad a las decisiones del Banco Central.

RealRisk / Fuente: Bloomberg

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