Frecuencia de compra en Colombia disminuye un 6% mientras crece el volumen por visita: Kantar Worldpanel

La reducción de la inflación en Colombia ha sido importante, pero no suficiente para cambiar la percepción de los consumidores sobre el costo de vida, según Andrés Contreras, director de Nuevos Negocios en Kantar Worldpanel. Aunque los precios siguen siendo un desafío, los hogares han desarrollado estrategias para optimizar sus recursos. La frecuencia de compra ha disminuido un 6%, aunque el volumen de compra ha aumentado. Además, el canal de discounters ha alcanzado una penetración del 100%, y las tiendas de barrio están en recuperación. El precio del dólar, actualmente en $4.113,65, y los impuestos saludables también han influido en el consumo.

Según la firma, el cambio de comportamiento brinda un panorama de hogares más eficientes en sus compras. “Cuando se traducen los precios por gramo (o unidad), podemos observar una mejora en la eficiencia de los hogares, mostrando un consumo más inteligente para encontrar mejor valor”, agregó Andrés Contreras.

Los canales de distribución han tomado un papel crítico en esta reestructuración del consumo. Según Contreras, la penetración de los discounters (almacenes de bajo costo) es masiva, alcanzando a prácticamente todos los hogares colombianos. “Este canal tiene una penetración del 100%, pero no significa que otros canales como los independientes pierdan relevancia, ya que también han mostrado un crecimiento significativo”, afirmó.

Además de los almacenes de bajo costo, las tiendas de barrio, tradicionales en la geografía colombiana, han ganado terreno luego de un período de disminución en su participación.

“Se ha visto una estabilización de este canal en los últimos años, con un aumento progresivo en la oferta de categorías que complementan los viajes de compra, lo cual está ayudando a su recuperación”, dijo el experto. Esta tendencia subraya cómo los hogares hacen uso de diversos formatos para equilibrar su presupuesto, ya sea en tiendas de descuento o con compras más localizadas en tiendas de barrio.

Con relación a la inflación y su impacto en las decisiones de consumo, Contreras destacó que no siempre los colombianos optan por lo más barato, sino que priorizan ciertos productos dependiendo de factores como la categoría y el valor percibido. “Por ejemplo, con la desaceleración de la inflación, se ha evidenciado un mayor gasto en belleza personal, indicando que los consumidores están dispuestos a invertir más en estas categorías”, destacó.

Este cambio de hábitos puede observarse también en los alimentos, donde la frecuencia de compra ha sido menor, pero el gasto por gramo solo ha crecido un 4%, en comparación con el 6% del total de la canasta masiva. Según dijo, esto muestra que ciertos grupos alimenticios han experimentado disminuciones de consumo, aunque depende mucho de las características específicas de cada canal y categoría.

Otro factor que condiciona las dinámicas de consumo es la fluctuación del precio del dólar. Actualmente en $4.113,65., esta moneda ha tenido oscilaciones significativas en los últimos años, impactando los costos de insumos importados para la industria colombiana.

Contreras comentó que “los consumidores han mostrado flexibilidad para absorber los incrementos en los precios”, ayudados en parte por la lenta mejora en el poder adquisitivo debido a la caída de la inflación.

Un tema destacado fue el de los denominados impuestos saludables, que afectaron principalmente al sector de bebidas. “Los consumidores están pagando alrededor de un 13% más por las bebidas, aunque, sorprendentemente, el número de unidades compradas ha crecido un 17%”, indicó el director de Nuevos Negocios en Kantar Worldpanel, lo que evidencia que las familias reacomodaron su canasta de consumo para continuar adquiriendo estos productos.

Con la próxima negociación del salario mínimo para el 2025, se busca continuar mejorando la capacidad adquisitiva de los colombianos. Contreras señaló que mientras los ingresos estén alineados con las necesidades, los hogares podrán mantener una disposición positiva hacia el consumo masivo. Este panorama plantea un reto adicional frente a posibles nuevas reformas tributarias, que podrían implicar ajustes específicos en los patrones de consumo.

“El consumidor colombiano ha demostrado una capacidad notable para adaptarse, incluso ante medidas como el impuesto saludable, priorizando valores complementarios como el cuidado personal y la salud”, concluyó Contreras en su análisis, subrayando también que los cambios climáticos y restricciones de agua están dando forma a tendencias de consumo más conscientes en el país.

Finalmente, Contreras destacó que los colombianos son cada vez más conscientes de su salud y bienestar. Aspectos como el estrés, el peso corporal y la dieta sin equilibrio son las principales preocupaciones asociadas al consumo. Según el especialista, esto condujo a que las marcas adapten productos y estrategias alineadas con estas necesidades crecientes. “Hay un claro llamado a ofrecer propuestas de valor adecuadas a los bolsillos y preocupaciones de los consumidores colombianos”, expresó a.

Con el consumo colombiano mostrando señales de adaptación y ajustes estructurales notables, Andrés Contreras prevé que 2025 se proyecta como un año de grandes transformaciones para los hogares y las industrias productoras, marcadas por factores económicos, sociales y ambientales.

RealRisk Fuente: Kantar

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