De acuerdo con la última medición de Gastometría de Raddar, el gasto de los hogares colombianos en abril de 2024 alcanzó los $81,7 billones, lo que representa un crecimiento en términos corrientes del 7,06% frente al mismo mes del 2023. Sin embargo, en términos reales, el gasto experimentó una leve caída del 0,10%, marcando un segundo mes consecutivo con esta tendencia.

Esta desaceleración en el gasto real se da en un contexto de inflación que, si bien cede a un ritmo más lento, aún mantiene niveles considerables. De hecho, la inflación anual de bienes durables en abril superó la del mes anterior, reflejando un cambio de tendencia en el Índice de Precios al Productor (IPP) de consumo.
Hay que recordar que, con un registro mensual de 0,59%, la inflación anual se desaceleró a 7,16% en abril. La métrica sin alimentos cayó a 8,24% y sin alimentos ni regulados bajó a 6,42%.
Sin embargo, luego de 16 meses de descenso del registro anual, la inflación de alimentos creció como resultado del fenómeno de El Niño y un efecto de alta base de comparación estadística. A su vez, los alimentos perecederos reafirmaron la tendencia mensual alcista, tal que su inflación anual alcanzó 3,94%, luego de 4 meses previos de deflación.
Si bien la inflación en el rubro de servicios continúa desacelerándose, su paulatina reducción, fruto de la indexación, permanece como un limitante en el ritmo de normalización de la inflación total.
A pesar de la contracción en términos reales del gasto de los hogares, algunos indicadores muestran un panorama algo más positivo. La colocación crediticia, que incluye crédito de tarjeta, consumo libre destinación e hipotecario, registró un crecimiento anual del 7,4%, impulsada principalmente por el dinamismo del crédito hipotecario (25,5%).
Adicionalmente, el salario mínimo real experimentó un aumento anual del 4,57% en su capacidad de compra, mientras que el salario por ocupado creció un 0,02%.
Es importante destacar que esta medición del gasto de los hogares, realizada por Raddar, incluye la compra de bienes usados y canales informales, aspectos que no son considerados en la cuenta de Consumo de Hogares del Dane para el cálculo del PIB.
En resumen, la inflación, si bien cede a un ritmo más lento, sigue presionando el poder adquisitivo de las familias. Algunos indicadores, como la colocación crediticia y el salario mínimo real, muestran un panorama algo más positivo.
A continuación, el informe publicado:
RealRisk / Fuente: Raddar