El panorama económico de Venezuela en 2025 enfrenta un escenario crítico tras el retorno de sanciones totales a PDVSA y la eliminación de la Licencia 45 de la OFAC, que permitía a empresas como Chevron operar en el país. Según Ecoanalítica, estas medidas generarán una pérdida de ingresos estimada en $3.100 millones, una contracción del 20% en el PIB petrolero y una caída de la producción de crudo de 910 mil barriles diarios a 744 mil. Además, se proyecta una inflación de 189%, una devaluación del bolívar que cerraría entre 130 y 160 por dólar, y una reducción del 18,5% en las importaciones de bienes.
El impacto no será uniforme en todos los sectores. Mientras que alimentos, salud y cuidado personal mostrarán mayor resiliencia, sectores como manufactura, construcción y automotriz serán los más afectados debido a su vulnerabilidad ante cambios en consumo y precios. Las empresas enfrentan un entorno de incertidumbre, con recomendaciones de Ecoanalítica para priorizar la prudencia financiera, fortalecer el flujo de caja y evitar inversiones a largo plazo.
Por otro lado, el Banco Central de Venezuela (BCV) ha implementado medidas adicionales para restringir la liquidez, como el aumento de la tasa de encaje efectivo al 73%, lo que podría generar efectos recesivos al limitar la actividad crediticia. A pesar de estas restricciones, la economía venezolana sigue enfrentando una brecha significativa en la oferta de divisas, lo que presiona aún más el mercado cambiario.
En términos de crecimiento, el PIB de Venezuela muestra una proyección de apenas 3% para 2025, una disminución respecto al año anterior, reflejando los desafíos estructurales y las restricciones impuestas por las sanciones. Este escenario subraya la necesidad de estrategias adaptativas y resilientes para mitigar los impactos económicos y sociales en el corto y mediano plazo.
RealRisk / Fuente: Ecoanalítica