El Peso colombiano se convirtió en noviembre de 2025 en la moneda más revaluada de América Latina, con una apreciación de alrededor del 2,8% frente al dólar, impulsada por una fuerte intervención cambiaria del Gobierno y operaciones de monetización de deuda pública. Esta apreciación llevó el tipo de cambio a uno de sus niveles más bajos en cuatro años, aunque analistas advierten sobre posibles efectos negativos en competitividad y exportaciones.
Durante noviembre de 2025, el Peso colombiano escaló como la moneda con mayor revaluación de América Latina, registrando una ganancia de alrededor de 2,8% frente al dólar. Este desempeño coloca al peso como la divisa más fortalecida de la región en ese periodo.
La principal razón detrás de este impulso fue una estrategia del Gobierno colombiano que incluyó monetización de deuda: el Estado vendió dólares provenientes de colocaciones de deuda y recompra de bonos, lo que incrementó la oferta de divisas y fortaleció el peso. Según reportes oficiales, solo en las primeras dos semanas de noviembre se monetizaron cerca de US$ 1.500 millones, sumando desde agosto más de US$4.300 millones en operaciones similares.
Este ajuste llevó el tipo de cambio desde cerca de $3.900 al inicio del mes hasta mínimos aproximados de $3.685 a mediados de noviembre, cerrando finalmente en torno a $3.755 por dólar.
Sin embargo, y a pesar del alivio para quienes deben importar bienes, viajar o adquirir insumos en dólares, la revaluación del peso genera inquietudes en sectores exportadores y productivos. Una moneda fuerte puede encarecer las exportaciones, afectar la competitividad internacional y reducir los ingresos por venta en dólares, situación que podría golpear a industrias tradicionales.
Además, los analistas advierten que esta apreciación podría ser temporal: la fuerte dependencia de operaciones de deuda, la alta incertidumbre fiscal del país y las presiones externas sobre el dólar dejan abierta la posibilidad de una reversión del tipo de cambio. Instituciones financieras proyectan niveles alrededor de $3.800 en el corto plazo si se mantienen los desequilibrios.
En conclusión, aunque la reciente revaluación del peso representa un alivio para algunos sectores dependientes de insumos importados, también plantea un dilema: equilibrar sus beneficios inmediatos con los riesgos de competitividad, exportaciones y estabilidad económica en un contexto de políticas cambiarias atadas a deuda pública.
RealRisk/ Fuente: Valora Analitik