Venezuela atraviesa una crisis profunda por la convergencia de factores internos (economía frágil, autoritarismo, deterioro social) y presiones externas, como sanciones y amenazas de intervención. El aislamiento internacional, la debilidad institucional y el riesgo de un conflicto militar o un colapso institucional constituyen los escenarios críticos que podrían marcar un desenlace impredecible.
El panorama que enfrenta Venezuela se agrava. Analistas consultados por informativos especializados advierten que el país se aproxima a “escenarios críticos” de riesgo estructural y político, en medio de un entorno de aislamiento internacional, restricción de libertades y fuerte deterioro económico.
Aislamiento internacional y ruptura de conectividad
El cierre de rutas aéreas con varias aerolíneas, sumado a sanciones y restricciones externas, ha profundizado el aislamiento del país, afectando tanto la movilidad como la importación de bienes esenciales. Este aislamiento limita las posibilidades de intercambio comercial, de inversión y reduce aún más la capacidad del Estado de importar medicinas, insumos básicos y reactivar sectores productivos.
Economía frágil y colapso institucional
Venezuela sufre una economía deteriorada, con declive en sectores productivos, inflación elevada, pérdida del poder adquisitivo y una institucionalidad debilitada, lo que impide una respuesta eficaz a la crisis. Los sistemas de servicios públicos, atención médica y abastecimiento han colapsado, aumentando la vulnerabilidad social y la desconfianza en las instituciones.
Riesgo de intervención y presión geopolítica
Ante las tensiones crecientes con actores externos y el aumento de sanciones, algunos expertos advierten que Venezuela podría estar en la antesala de una intervención directa o indirecta (no necesariamente con invasión, sino mediante bloqueos, sanciones intensivas o ataques selectivos a infraestructura) lo que incrementa el nivel de incertidumbre y riesgo para el país y la región.
La posibilidad de una intervención no se limita a lo militar: incluye escenarios de guerra económica, golpes a la infraestructura, aislamiento diplomático, y colapso adicional de servicios esenciales, lo que podría desencadenar derechos humanos violados, migración masiva y crisis humanitaria.
¿Diálogo, descontento o colapso? Las salidas posibles
Las salidas posibles son limitadas y todas sobre la mesa: desde una transición mediante diálogo supervisado, hasta una represión intensificada o una intervención externa. Sin embargo, el deterioro social, la pérdida de legitimidad del régimen y la desesperanza ciudadana complican cualquier negociación. Analistas coinciden en que, si no se adopta un plan de estabilización real y legítimo, el país podría enfrentar procesos de rebelión civil, desorden generalizado o incluso fragmentación política.
RealRisk/ Fuente: Universidad de Antioquia – Universidad del Norte