Durante el segundo semestre de 2024, un estudio de Fenalco reveló que el 82% de las tiendas de barrio reportó una disminución en sus ventas. Esta situación pone en evidencia las dificultades que enfrentan estos establecimientos para mantenerse en el mercado, afectados por factores económicos y políticas fiscales que han incrementado sus costos operativos, como aumento en los servicios públicos, arriendos y las alzas en el precio por los impuestos saludables.
Los tenderos han señalado que, además de la caída en ventas, deben afrontar el impacto de los altos costos de los servicios públicos, el aumento del arriendo y la carga impositiva derivada del impuesto a las bebidas azucaradas y alimentos ultraprocesados. Este gravamen, que alcanzó un incremento del 20%, ha encarecido estos productos y reducido su demanda.
Además, las panaderías y pastelerías han sido golpeadas por el alza en los precios del gas, lo que ha afectado la rentabilidad de sus negocios. Según el Dane, mientras la inflación general se situó en 5,22% y la de alimentos y bebidas en 4,49%, los precios de las golosinas aumentaron un 53,48% y las gaseosas subieron un 3,27% en enero, superando tres veces la inflación total.
La reducción en la compra de snacks, galletas, mecato, embutidos, productos de panadería y alimentos preparados como empanadas y café ha sido significativa. De acuerdo con la encuesta, el 30% de los tenderos consideró cerrar su negocio en el último año debido a las dificultades económicas. Fenalco ha criticado que, aunque el Gobierno habla de apoyar la economía popular, las políticas impositivas terminan afectando a estos pequeños comerciantes. Actualmente, en Colombia hay alrededor de 450.000 tiendas de barrio, de las cuales dependen más de un millón de familias.
Otro hallazgo relevante es que el 70% de los tenderos considera que su mayor competencia proviene de otras tiendas de barrio, aunque también identifican como rivales a los autoservicios, minimercados, grandes superficies y vendedores ambulantes. A pesar de la crisis, las tiendas han comenzado a diversificar sus métodos de pago, incorporando opciones digitales como Nequi, Daviplata y datáfonos, aunque el efectivo sigue predominando.
La crisis económica también ha impactado el crédito informal, reduciendo el fiado en un 54%. Además, el informe señala que el 96% de estos negocios pertenece a los estratos 1, 2 y 3, y que el 64,7% son propiedad de mujeres, muchas de las cuales intentan formalizarse a pesar de las barreras existentes.
A continuación, la encuesta gestionada por parte de Fenalco:
RealRisk / Fuente: Fenalco