El Informe de Política Monetaria (IPoM) de septiembre señala que la inflación total ha evolucionado de acuerdo con lo previsto y las expectativas a dos años se mantienen alineadas con la meta de 3%. No obstante, la inflación subyacente ha superado lo esperado, influida por un gasto interno dinámico, presiones salariales y depreciación cambiaria. Para 2026, la proyección de crecimiento del PIB se ajusta al alza a 1,75-2,75%, mientras que para 2025 el rango pasa a 2,25-2,75%. Se anticipa que la convergencia de la inflación hacia 3% se concrete en el tercer trimestre de 2026.
El Informe de Política Monetaria (IPoM) de septiembre de 2025, elaborado por el Banco Central, indicó que la inflación total ha evolucionado acorde con lo previsto en el escenario central del IPoM de junio.
La variación anual del Índice de Precios al Consumidor (IPC) total alcanzó 4% en agosto (4,4% en mayo), con expectativas inflacionarias a dos años que continúan alineadas con la meta de 3%.
Sin embargo, según el BC, detrás de esa trayectoria se combinan resultados dispares de sus componentes, destacando que la inflación subyacente ha superado lo esperado. Esta llegó a 3,9% anual en agosto (3,6% en mayo), registrándose mayores incrementos tanto en la parte de bienes como de servicios.
El ente rector explicó que el aumento de la inflación subyacente se ha dado en un contexto de mayor dinamismo del gasto interno, altas presiones salariales y un tipo de cambio más depreciado. Todos estos elementos elevan la proyección para esta medición de la inflación entre fines de este año y la primera parte del próximo.
Además, para la actividad económica, los rangos de crecimiento del PIB tienen modificaciones acotadas. Para 2025, se eleva la parte baja del rango previsto en junio, quedando en 2,25-2,75%. Para 2026, se ajusta al alza hasta 1,75-2,75% (1,5-2,5% en junio), mientras que para 2027 se mantiene en 1,5-2,5%.
En materia fiscal, para 2025 el escenario central incorpora un incremento del gasto acorde con lo señalado en el último Informe de Finanzas Públicas (IFP). Posteriormente, se consideran los gastos comprometidos.
RealRisk/ Fuente: Banco Central de Chile