Venezuela se está quedando sin espacio disponible para almacenar petróleo debido a la acumulación de crudo en tanques y buques cisterna ante las restricciones a la actividad naviera y exportadora, especialmente derivadas de las medidas de Estados Unidos contra petroleros sancionados. Fuentes familiarizadas con la situación indican que los depósitos y terminales de almacenamiento podrían alcanzar su máxima capacidad en aproximadamente 10 días, lo que obligaría a la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) a considerar cierres temporales de pozos petroleros si no se resuelve el embotellamiento logístico.
La crisis surge en un contexto en el que la exportación de crudo se ha visto severamente obstaculizada por la incautación reciente de un petrolero y el anuncio de un bloqueo de buques sancionados por parte del gobierno de Estados Unidos, lo que ha paralizado en gran medida la actividad naviera tradicional que sacaba el petróleo venezolano hacia mercados internacionales. Esta acumulación de inventario está poniendo presión sobre las operaciones de salida y creando un cuello de botella para la producción.
Si las instalaciones de almacenamiento y los buques cisterna estacionados en las terminales venezolanas llegan a su límite total de capacidad, PDVSA, que actualmente produce alrededor de un millón de barriles diarios, podría verse forzada a reducir significativamente la producción al no poder seguir almacenando crudo que no logra exportarse, con efectos directos sobre su balance operativo y sus ingresos.
La falta de espacio para almacenar petróleo ya ha generado preocupaciones en los mercados energéticos y entre analistas, quienes advierten que una reducción forzada de la producción no solo afectaría a Venezuela, sino que también agravaría las tensiones económicas internas del país, cuyo presupuesto depende en gran medida de las divisas provenientes del petróleo.
Este escenario subraya los riesgos logísticos y estratégicos que enfrenta la industria petrolera venezolana en medio de sanciones, restricciones marítimas y presiones externas, poniendo en riesgo la continuidad de la extracción y la estabilidad de un sector clave para la economía nacional.
RealRisk/ Fuente: Reuters